Tehuacán, Puebla – 21 de mayo de 2025
Misael, un joven vendedor ambulante conocido como “El Piñas”, fue brutalmente golpeado por Julio Flores Cabrera y su hijo Gerson, dueños de una refaccionaria en la colonia Reforma. El motivo: se negó a retirar su puesto de frutas de la banqueta. Gerson lo sujetó con una llave al cuello mientras Julio lo pateaba hasta dejarlo inconsciente. Una mujer intentó intervenir sin éxito. Todo fue grabado en video.
El video se viralizó en cuestión de horas. La indignación explotó.
“¡No es la primera vez que estos tipos agreden a los vendedores! ¡Hoy fue Misael, mañana puede ser cualquiera!”, gritó un comerciante frente a la refaccionaria durante la protesta espontánea que se formó ese mismo día por la tarde.
Conforme avanzaba la noche, la tensión creció. Vecinos furiosos comenzaron a lanzar piedras, golpear la cortina del negocio y gritar consignas. La rabia se desbordó. Prendieron fuego a la refaccionaria. Luego avanzaron hasta la casa de los agresores. También fue incendiada. Un vehículo familiar ardió frente a todos.
“Lo que hicieron fue inhumano. Aquí no se aceptan cobardes abusadores”, dijo una mujer entre lágrimas, mientras observaba las llamas devorar la fachada.
La Policía Municipal no logró contener a la multitud. Elementos de la Marina llegaron más tarde y lograron evacuar a la familia Flores bajo custodia, evitando un linchamiento inminente.
El alcalde emitió un comunicado pidiendo “calma y respeto al estado de derecho”, pero muchos ya no creen en la ley.
Misael permanece hospitalizado, en estado delicado. La ciudad, en cambio, despertó. Y cuando la justicia no llega por las vías legales, hay quien decide prenderle fuego al silencio.
— Enzo Guzmán