Por Marcos Villareal
El pasado 4 de febrero, Fátima Maite Zavala Aguilar, una estudiante de 13 años de la Escuela Secundaria Diurna No. 236 en Iztapalapa, sufrió una caída desde el tercer piso de su escuela. Este incidente ha generado indignación y debate sobre el acoso escolar y la respuesta de las autoridades educativas en la Ciudad de México.
Un historial de acoso ignorado
Desde diciembre de 2024, Fátima denunció ser víctima de bullying debido a su afición al K-pop y la cultura coreana. Según documentos revelados, la menor informó a las autoridades escolares sobre el acoso, pero las medidas implementadas fueron insuficientes para protegerla. Su padre, Juan Zavala, señaló que su hija también sufrió ciberacoso y agresiones físicas por parte de sus compañeros. 
Declaraciones contradictorias de las autoridades
El secretario de Educación Pública, Mario Delgado, afirmó que no hay evidencia de que Fátima haya sido empujada desde el tercer piso, aunque reconoció que la estudiante había denunciado acoso escolar previamente. Estas declaraciones han sido cuestionadas por la familia de Fátima, quienes aseguran que las autoridades minimizan la gravedad del caso y no han brindado el apoyo necesario. 
Estado de salud y exigencias de justicia
Tras el incidente, Fátima fue trasladada al Hospital Pediátrico de Legaria, donde se le diagnosticaron fracturas en la pelvis y la cadera. Su estado es grave, y su recuperación requerirá múltiples intervenciones quirúrgicas. La familia ha solicitado una mejor atención médica y la intervención de la Fiscalía General de la República para garantizar una investigación imparcial. 
Reacciones y movilización social
El caso ha generado una ola de indignación en redes sociales, con el hashtag #JusticiaParaFátima volviéndose tendencia. La comunidad fan del K-pop en México ha expresado su solidaridad y ha condenado el acoso sufrido por Fátima. Incluso, la Embajada de Corea en México emitió un comunicado repudiando las agresiones y exhortando a las autoridades a tomar medidas contra el bullying. 
La responsabilidad de las autoridades educativas
Este lamentable suceso pone en evidencia la necesidad de que las autoridades educativas, encabezadas por Mario Delgado, implementen protocolos efectivos para prevenir y atender casos de acoso escolar. La falta de acción oportuna y la minimización de las denuncias pueden tener consecuencias devastadoras para las víctimas y sus familias.
Es imperativo que se realice una investigación exhaustiva, se sancione a los responsables y se establezcan medidas preventivas para garantizar entornos escolares seguros y libres de violencia. La sociedad exige justicia para Fátima y un compromiso real de las autoridades para erradicar el bullying en las escuelas de la Ciudad de México.