En el Senado de la República ha estallado una controversia que ha generado molestia entre los miembros de Morena. El centro de la disputa es Abraham Mendieta Rodríguez, un asesor español que ha adquirido una presencia inusual dentro del recinto legislativo, al punto de ser apodado como el “senador 129”. Lo que ha causado mayor indignación entre los legisladores del partido es que Mendieta no es mexicano ni fue electo por el pueblo, pero aun así parece tener una influencia significativa en las decisiones del Senado.
Según informes, Mendieta cuenta con una oficina dentro del Senado, la cual estaba originalmente asignada a la senadora Andrea Chávez, actual vocera de Morena. Esta situación ha sido vista por varios legisladores como un trato privilegiado que no corresponde a un asesor, sino a un senador en funciones. La percepción de que un ciudadano extranjero, sin haber sido votado por la ciudadanía, esté participando activamente en la toma de decisiones del partido ha generado un profundo malestar dentro de la bancada.
El descontento se ha manifestado en críticas abiertas y cuestionamientos sobre el papel que un extranjero puede desempeñar en el ámbito legislativo de México. Varios senadores han expresado su inconformidad ante lo que consideran una intromisión indebida en asuntos políticos que corresponden exclusivamente a los representantes electos por el pueblo mexicano.
Hasta el momento, ni Abraham Mendieta ni la senadora Andrea Chávez han respondido públicamente a las críticas. Sin embargo, este caso ha encendido un debate sobre los límites de la participación de asesores extranjeros en la política mexicana y el respeto a los principios democráticos del país.
La controversia pone en evidencia las tensiones internas dentro de Morena y la necesidad de establecer reglas claras sobre el papel de los asesores en el Senado, evitando que personas sin representación legítima ejerzan una influencia indebida en la toma de decisiones del país.