Luisa María Alcalde, presidenta nacional del partido MORENA, está envuelta en una controversia luego de que se difundieran imágenes de relojes lujosos con su nombre grabado, que presuntamente habrían sido regalados a colaboradores y aliados políticos. Aunque Alcalde ha negado rotundamente haber participado en la compra o distribución de dichos artículos, las evidencias han generado dudas sobre la veracidad de sus declaraciones, provocando indignación entre la ciudadanía.
Los relojes, personalizados con el nombre de la dirigente de MORENA, han sido señalados como un ejemplo de derroche y contradicción con los principios de austeridad promovidos por el partido. En redes sociales, usuarios cuestionaron el origen de los fondos utilizados para adquirir los relojes y señalaron que este tipo de prácticas alejan al partido de su discurso de apoyo al pueblo.
“MORENA habla de austeridad y justicia social, pero su presidenta está repartiendo relojes de lujo. Esto es una falta de respeto a la ciudadanía”, comentó un usuario en redes sociales, reflejando la molestia generalizada.
En respuesta al escándalo, Luisa María Alcalde negó cualquier relación con los relojes y calificó las acusaciones como infundadas. “Estas acusaciones son falsas y forman parte de una campaña de desprestigio en mi contra. Nunca he autorizado ni participado en la compra o distribución de esos artículos”, afirmó en un comunicado. Sin embargo, estas declaraciones no han calmado a los críticos, quienes exigen una investigación que esclarezca los hechos.
Expertos en política consideran que este escándalo podría perjudicar la imagen de MORENA y su presidenta, especialmente en un año clave para las elecciones. “La contradicción entre el discurso y las acciones es uno de los mayores riesgos políticos. Si no se aclara este asunto, podría erosionar la confianza de los votantes en el partido y en su liderazgo”, advirtió un analista.
Por el momento, la polémica sigue creciendo, y la presión pública exige respuestas claras y contundentes. Este caso podría convertirse en un punto de inflexión para la dirigencia de Luisa María Alcalde, quien enfrenta el desafío de demostrar que MORENA sigue comprometido con los principios que lo llevaron al poder.