Las masacres que ocurrieron este fin de semana en Veracruz, previo a la toma de protesta de Rocío Nalhe García y a la que acudió la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y en Guanajuato que dejaron 18 muertos, nos muestran el nivel de violencia que vive el país.
Sin importar mucho la estrategia del combate a la delincuencia propuesta por Omar García Harfuch denominada Operación Enjambre, los delincuentes dieron una muestra de que no están dispuestos a detener su lucha intestina por el control del tráfico de estupefacientes.
Esto no conviene mucho a los intereses del gobierno mexicano que procura atraer, con el Operativo Enjambre, la atención del gobierno de Estados Unidos, para que se desista de intervenir a los cárteles mexicanos en nuestro propio territorio.
La muerte de esas 18 personas en este fin de semana sangriento debe poner en alerta a los cuerpos de seguridad mexicanos porque del otro lado del Río Bravo, ya tienen evidencia de la complicidad de algunos funcionarios del sexenio pasado con capos de la droga como Ismael Zambada que ya ha testificado y que, según versiones periodísticas, involucró en sus testimonios al expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Por tanto, si Omar García Harfuch hace un buen trabajo de inteligencia y logra desmantelar las operaciones, no solo del CJNG, sino también de la producción de fentanilo del cártel de Sinaloa, podría detener la intromisión de los gringos en materia de seguridad e impedir que un día se aparezcan en la Chingada, con la intención de detener al expresidente de México.
Claudia Sheinbaum tiene una gran oportunidad de someter a López Obrador para que deje de inmiscuirse en las de decisiones de su gobierno e incluso desechar a algunos miembros del gabinete actual que le fueron heredados por López Obrador.
Las declaraciones de Ismael Zambada García también filtradas a la prensa la semana que terminó, involucran directamente a Andrés Manuel López e incluso, de acuerdo a información revelada por la periodista Anabel Hernández, el expresidente habría recibido en más de una ocasión al capo, en el Palacio de Gobierno.
Esta información, está siendo investigada y corroborada por la inteligencia estadounidense y de verificarla, causaría un gran cisma al interior de las fuerzas de Morena, porque abriría la posibilidad de un rompimiento entre López Obrador y Sheinbaum Pardo y, habría que decirlo, para bien de la gobernabilidad del país.